miércoles, 8 de abril de 2009

Semana Santa en el Bajo Aragón histórico







Semana Santa en el Bajo Aragón histórico - Ruta del Tambor y el Bombo

Cartel anunciador de la Ruta del Tambor y el Bombo
Bajo Aragón histórico

En las diferentes comunidades españolas existen numerosas y variadas manifestaciones populares de fe en la Semana Santa.

En esta ocasión vamos a sugerir en VIAJESIA hacer una visita a algunas de las localidades del Bajo Aragón histórico donde se desarrollan sus famosas procesiones de tambores y bombos.

Hay establecida una Ruta del Tambor y el Bombo desde hace ya muchos años, y en esta ruta quedan englobadas las siguientes poblaciones: Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén.

No sería en modo alguno acertado el recomendar la visita de forma preferente de las procesiones de una población en detrimento de otras, por cuanto cada una de ellas tiene su idiosincrasia y su encanto. Hay poblaciones como Calanda cuyas procesiones cuentan con el marchamo de ser las precursoras y las más tradicionales. También Calanda puede hacer gala de haber contado con la pasión que el gran Luis Buñuel sintió por esta fuerza telúrica del tambor en las procesiones.

En muchas ocasiones los medios de comunicación se ciñen en sus informativos a los tambores y bombos resonando en las calles y plazas calandinas. Pero como afirmábamos antes, cada pueblo cuenta con sus atractivos particulares en sus procesiones. Desde las procesiones más tumultuosas de Andorra, muy bellas y vitales, iluminadas desde lo alto por la ermita de San Macario hasta las procesiones más recogidas y humildes, pero no por ellos menos hermosas, de Urrea o Samper, pasando por las señoriales procesiones alcañizanas.

Infinidad de sorpresas y sensaciones aguardan a quien viva de cerca las larguísimas procesiones de tambores y bombos, tocados con maestría por cientos de personas, niños, muchachas, jóvenes y ancianos... muchas de las cuales se entrenan durante mucho tiempo para este evento. Belleza de una armonía musical que parece emanar de la tierra con una fuerza mística, y que se une a la belleza de la imaginería religiosa y al fervor de las cofradías.

En el Bajo Aragón, la Semana Santa es dolor y es alegría, estruendo y silencio, esperanza e iluminación. Todo parece ascender hacia lo alto en estos días, la fe, el sonido vital de los tambores, las luces de los pasos iluminados, la esperanza y el amor de María, el Cristo resucitado.

Toda persona que sea testigo, por ejemplo, en Andorra, del llamado "romper de la hora", quedará marcada en su corazón por el súbito estallar de tambores y bombos a las doce de la noche de Jueves Santo. Del silencio se pasa en segundos a una apoteosis de sonido, como una gigantesca tormenta cuyos truenos gigantescos se elevasen armónicos hacia la gran noche, como una poderosa oración. Una vez "rota la hora", una gran muchedumbre acompañada por el repique de los tambores asciende hasta lo alto del monte de San Macario, haga buen tiempo o hagan la llovizna o el frío acto de presencia, donde San Macario aguarda en su preciosa ermita, entre carrascas y pinos, a sus entrañables visitantes, donde San Macario aguarda a su amado Cristo.

Tantas cosas maravillosas podrían decirse de la Semana Santa en el Bajo Aragón histórico... Y sin embargo, las palabras de poco sirven para pintar su belleza y su poder. Sólo una visita y un corazón abierto pueden captar y acoger la plegaria de los tambores, de las gentes de estas comarcas aragonesas, Bajo Aragón, Andorra-Sierra de Arcos, Bajo Martín. El gran calandino universal Luis Buñuel captó la infinita luz sonora de esta arraigada tradición.

Juan Bielsa